Nací

y empecé a tener palabras preferidas

me les hice adicta y hacía frío

para rehabilitarme

las analizo

y escondida las caliento y me las pico

así

hasta que me habló una guitarra

me aburrí de morir, ella

no me quieras mucho, yo

mentira que soñaba con cantar

solo tuve ganas

de decir

y decir provista de un canto de cuna

con pánicos nocturnos

con ternura antirrábica

con lluvia que enjuaga el sol

tres veces antes de salir

amanecí

sexta hija de agosto

y soy este relato con lagunas

preguntándole canciones a las cosas

colecciono las baldosas levantadas

las guardo celosamente

donde siempre está lloviendo,

en casa

me escurro el pelo y duele

tocar las cuerdas duele

(si habrá vida para atrás)

odiar el verso duele

¿y yo qué sé del verso?

yo duelo

y me voy de boca en lo que canto

por eso pido algo que puede ser permiso

o perdón

y pateo el pedregullo resultante

como un diario de extravíos

hecho pedazos

en dirección a tus oídos.